“La experiencia de Marta en la vivencia de la pérdida me ha ayudado un montón, cuando le contaba lo que me iba pasando sabía perfectamente de lo que hablaba y no solo me sentía entendida sino que me daba la pauta para salir de la angustia. Muchas gracias por haberme ayudado con todo esto”

Susana A.

“Cada día agradezco haber encontrado a Marta en mi vida, gracias a ella aprendí a quererme, a no culpabilizarme, aprendí a ser agradecida con todo aquello que la vida me brindaba y no veía. Me ayudó a sanar mis heridas, me ayudó a sentirme viva. Después del trabajo que realice con ella, puedo decir que no sólo tuve una mentora, gane una amiga.”

Pilar L.

“Como tú dices yo sé bien que “la vida duele”, y trabajar de esta manera ha sido una experiencia que me hubiera gustado encontrar antes. He cogido una seguridad que nunca hubiera imaginado. Un regalo.”

Elena A.

“Trabajar el programa ha hecho que me diera cuenta de que estaba sufriendo más de la cuenta de manera casi opcional y eso estaba haciendo que me perdiera en otras cosas. Trabajar la relación tóxica con mi madre y mis obsesiones a este respecto me ha ayudado a ver distinto. Te lo recomiendo 100%.”

Lourdes C.

“Antes de empezar estábamos a punto de separarnos, todo el día discutiendo, no nos aguantábamos y no había forma de llegar a acuerdos. Después de hacer el trabajo estamos mucho mejor, seguimos discutiendo pero de un modo diferente, hemos decidido darnos otra oportunidad y hacer las cosas desde otro sitio. Muy agradecidos.”

Jorge y Belén

“Mi sentimiento de culpa era horrible, mi autoexigencia y mi rigurosidad me hacían la vida imposible y que no supiera gestionar bien casi nada. Vivía permanentemente con ansiedad y angustia. Hoy tengo la certeza de que se pueden hacer de otra forma para estar mejor. Marta es muy cercana y no sé cómo se da cuenta de lo que necesitas. A partir de la 4ª sesión ya me empecé a notar distinta, a ser más consciente de todo lo que estaba en mi mano cambiar. Hoy me quiero más y mejor y encima mi gente también lo está; esto es algo que Marta me dijo que iba a pasar pero yo estaba súper escéptica. Aunque me costó decidirme estoy muy contenta de haberlo hecho.”

Paloma H.

“Tenía rabia por haber descubierto la infidelidad de A, un miedo atroz a quedarme solo, a separarme, a perder a mi hija, pena por lo que tuvimos en su momento, a mi familia, a la suya. Hacer las sesiones me ha colocado en otro lugar de ver las cosas; he ordenado ideas y formas de hacer, he aprendido a mirar mi parte de responsabilidad y actuar de forma distinta. El programa merece mucho la pena”

J.A.P.

“"Una verdadera obra de arte. SI ALGUIEN tiene la valentía, el coraje y la determinación de abandonar una carrera de éxitos y emprender un camino inverso al marcado socialmente para cumplir su sueño, a pesar de las dificultades, nos sobrecoge, sentimos una gran satisfacción, una alegría interna que potencia nuestra alma y nos reconforta, y queremos aprehenderla, disfrutar de ella cada minuto, adoptar a esa persona especial para toda la vida. Eso me ocurrió contigo, Marta. Cuando tuvimos la fortuna de encontrarnos, me pareciste una rebelde con la jerarquía social, tu cabeza siempre bullendo una mejor manera de vivir, de disponer de tu tiempo libre para, haciendo algo por los demás, encontrar tu verdadero Ser. Anduviste ayudando a las presas en la cárcel de mujeres, sacando a pasear a sus pequeños, trabajando como monitora juvenil y profesora de adultos, llevando música a personas que lo necesitaban, haciendo socialismo de base, aunque tú entonces no lo vieras así…; también sufriste el más duro de los golpes, ese del que casi nunca hablamos…. La vida te atrapó, como a todos, en el mundo del trabajo, de las convenciones sociales, del tener más, pero no lograste adaptarte al frenesí del mercado. Celebro que hayas retornado tu camino: el de ser más a través de la ayuda al que lo necesita. Esa reorientación tuya hacia lo profundo está haciendo de ti una obra de arte. Estoy seguro de que seguirás enriqueciendo a otros como lo has hecho conmigo. Ha sido todo un placer."”

J.Rodríguez. El País